Un rincón donde los sueños se hacen realidad a través de las palabras. Sueña conmigo...

jueves, 27 de diciembre de 2007

Navidad


La Navidad, ese tiempo “cristiano” en el que las personas celebran, muchas no saben qué, otras el nacimiento de Cristo, y otras cumplen con las tradiciones sin más, se ha consagrado como un tiempo de unión, en el que te reúnes con las personas queridas, o al menos, con todas las que puedes, ya que difícilmente la felicidad será completa.
También es tiempo para echar de menos a los que no están, a aquellos que el año anterior disfrutaron contigo y ahora, por cualquier motivo, ya no pueden hacerlo. Una época con esa ambigüedad que genera en cada persona: tristeza por aquellos que no están o alegría por el encuentro con tus seres queridos…maldito dilema, que destruye más de una ilusión y más de una Navidad.
Para los teólogos y religiosos, esto se aleja mucho del verdadero sentido de la Navidad, pero siendo realistas, es en esto en lo que esta celebración se ha convertido.
Regalos, marketing, negocios, publicidad…pero sobre todo familia, o al menos, lo que queda de ella.
En una sociedad en la que los jóvenes son cada vez más descastados e independientes, es de agradecer este tipo de días, en los que todos se reúnen, y por un día, se olvidan las rencillas, y los malos momentos, para disfrutar de los tuyos, para sacar a relucir nuestras mejores sonrisas de ese baúl olvidado de recuerdos.
Y es que, quizá sea ese el verdadero mensaje de la Navidad, sin tanta religiosidad de por medio, podríamos decir que la Navidad consigue en un día lo que nadie durante 364 o 365. Aunque después, la cena acaba, y todos caemos en la dura realidad, pero eso sí, habiéndonos llevado ese disfrute, ese rato alegre, que inunda nuestras vidas de una rebosante felicidad.
La felicidad que nos proporciona el hecho de tener cerca de nuestros seres más queridos durante una noche, porque para mí, y para mi humilde opinión, es el verdadero milagro…
Bien es cierto que para otros, no significa más que un suplicio…y es que para ellos, dicho en tono jocoso, el milagro no es la llegada de Cristo, sino la ausencia de tu cuñado, tu suegro o cualquier otro pariente al que no aguantas.
Viendo esto, creo que para muchos estas fechas no son Navidad, sino una excusa más para darse lujos y comprar regalos, pero, al menos para mí, es un tiempo de familia, de amigos, de estar con aquellos a los que quieres y poder disfrutar de su compañía, aunque siempre seguirá faltando alguien a mi lado…pero en eso consiste la Navidad. Estamos perdiendo las tradiciones y los valores, pero por favor, no nos perdamos a nosotros mismos, porque sin nosotros, no existirá la Navidad.

1 comentario:

Rocío dijo...

Y también son fechas para ver a quienes regresáis a casa como "el Almendro" y darnos cuenta de que, aunque el resto del año no estesis aquí, no ha pasado el tiempo. Nacen las mismas sonrisas.
Besos.