Un rincón donde los sueños se hacen realidad a través de las palabras. Sueña conmigo...

sábado, 29 de diciembre de 2007

Crecer


Crecer,
Crecer en ese regalo que es la vida,
Avanzando hacia el final de la misma,
Sin siquiera poder mirar atrás.
Atravesando caminos labrados y por labrar,
Para quien sabe a donde llegar.

Pero para hablar de caminos,
Recitaría a un tal Machado,
Que nadie los describió como él.
Yo prefiero hablar de la fugacidad del tiempo,
Del ser ya mañana,
Cuando aún no se ha terminado el ayer,
Del estar siempre más cerca del final que del comienzo,
En definitiva,
De crecer.

¿Como asumirlo?,
Como aceptar que cuanto más puedes disfrutar,
Del mayor regalo que se nos ha hecho,
Menos tiempo nos queda para que se nos arrebate.
Incluso mientras me pregunto,
El tiempo pasa,
Y nos abandonan poco a poco momentos
Que nunca se volverán a repetir,
¿Cómo aceptarlo?
Me embarga la tristeza,
La tristeza de no poder disfrutar del olor,
Y la belleza de las flores,
Porque ya queda menos para que se marchite.

Crecer,
Ese maravilloso transcurso de la vida,
Que nos lleva al final de la misma,
¿Quién querría?,
¿Quién quiere embarcarse en un barco, cuyo destino es el naufragio?
Pero no hay elección,
Es un camino sin meta,
En el que algún día encontraremos un precipicio,
Inevitable por nuestra condición de humanos,
Y cuyo fondo es el final del camino,
Cual fosa a la que irán nuestros cuerpos,
En ese huerto del silencio,
Donde nos reunimos tras caer.

La fugacidad del tiempo,
La velocidad de ese segundero,
Que hace de nuestro reloj,
Un autentico tesoro,
Y a la vez,
Toda una maldición.
Un reloj que tememos que pare,
Pero que no queremos que corra,
Un reloj cuya fecha de caducidad fue puesta en el día de su creación,
Para muchos por ese algo que nos recogerá del precipicio,
Evitando nuestra caída.

Y a ese algo le pido respuestas,
Porque en mi camino aún no las he encontrado,
Tan solo aprendo a caminar,
Mirando lo que dejo atrás,
Porque hasta ahora lo único que me enseñó el camino es a ser fuerte,
Que todos ellos van a llegar a la misma meta,
A esa meta que intento evitar desde hace tiempo,
Pero que poco a poco comprendo que debo aceptar,
Porque es la ley que impone el tiempo,
Y el segundero sigue su curso,
Mientras yo persigo unas respuestas,
Que no evitarán mi destino,
Pero espero que me ayuden a aceptarlo.

Mientras, seguiré creciendo,
Y aprendiendo a caminar,
Porque las respuestas estarán en el camino,
Y eso es algo que he aprendido,
Escribiendo en mi sofá,
Mientras perdía el tiempo,
Soñando con un mañana que acabará siendo ayer.

Finalmente comprendo,
He pasado muchos años negándome a aceptar,
Que todo lo que empieza tiene que acabar,
Pero los caminos enseñan,
Y aunque he recorrido pocos,
Ya he aprendido bien,
Que crecer es ley de vida,
Y nada se puede hacer,
Ante la impasible mirada de un reloj,
Que no deja de contar las horas,
Pero que tiene las horas contadas.

No hay comentarios: