Porque el amor no siente ni padece
y esta distancia su consuelo recrudeceen ese orden de pasión desenfrenada
que un día pusimos en horario vespertino
sin pensar en un futuro maldito
que nos separa mucho más allá de un simple grito.
Tu voz no suena y rebota en los cristales
la mía desvela y deja la luz encendida
por si regresas y el camino se te olvida.
El mundo asiste a una guerra sin fronteras,
nada y todo nos separa,
todo y nada nos desvela.
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