Cúanto tardan en salir unas simples notas, los resultados de unos exámenes, que bien pueden marcar tu futuro. Tú los preparas, tú los haces, y luego.... la espera.
Ese eterno deambular por los recuerdos de ese examen, esa inquietud por la pregunta o no correcta, o por el simple parecer contrario, de un profesor, que durante esa espera, se convierte en ese Ser Superior, que contempla en sus manos como tu vida o tu muerte, depende de su decisión final. Qué trago más amargo, y cuán larga la espera...
Que se acabe, por favor que se acabe....y es que después de tanto tiempo preparándolo, acabas deseando cualquiera de las dos suertes, con tal de que esa incertidumbre acabe, y tu destino quede escrito por fín, en una hoja de papel reciclado, o en la sucia pantalla de un antiguo ordenador...
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